Todo el universo es energia vibracional. Vivimos situaciones que nos exponen a frecuencias energéticas: la música, los números, los cantos, el sonido de las palabras, los rezos o mantras, el thai chi, la meditación nos ayudan a entrar en un estado vibratorio que nos facilita conectarnos con el todo.
La energía que emanamos impacta e influye en las personas y siempre regresa a nosotros. El universo, Dios en su esencia, no nos da lo que queremos sino lo que somos, lo que vibramos. Emitimos vibraciones ya sea de amor, enojo, aceptación, rechazo, contribuyen a nuestro nivel energético, tal como lo es el estado de ánimo. Aprenda a canalizarlas. La meditación es la clave para el éxito.